¿Quién dijo que los superdeportivos no están hechos para ensuciarse en terrenos que no han sido pavimentados debidamente? Este Gallardo es la prueba clara de que de vez en cuando un buen superdeportivo puede mancharse tanto como cualquier Impreza o Evo. Y es que la combinación de tracción integral y más de 500 galopantes corceles relinchando tras la cabeza del conductor convierten al Gallardo en una máquina de diversión como pocas, dotando al conductor pese a todo de un excelente control, incluso sobre grava.
¿Qué?¿No me creéis? Pues mirad el vídeo.
Me quito el sombrero ante DailyDrivenExotics
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