Si Bob Wallace hizo algo en Lamborghini ese algo es crear algunos modelos realmente únicos, uno de ellos es el Urraco Rallye, un impresionante vehículo creado para el circuito con base de Urraco. Para crearlo tomo como base uno de los prototipos de preserie del Urraco, concretamente el número 3, reconocible por la posición más retrasada de los focos delanteros escamoteables.
Bob Wallace tomó un motor V8 de 3 litros de cilindrada y cuatro válvulas por cilindro capaz de desarrollar 310 caballos y lo instaló sustituyendo al motor de 2,5 litros original. Aunque algunas fuentes afirman que tras ser restaurado posteriormente se emplazo un motor de dos válvulas por cilindro, aunque de 3 litros derivado del P300.
A nivel exterior la carrocería era más ancha, además de mostrar un nuevo paragolpes delantero y unas nuevas colas de escape. Por último el acabado naranja de los modelos propios de Bob Wallace también estaba presente en este modelo.
Presentaba todas las características de un coche de competición de su tiempo. Había sido despojado de todo peso innecesario. En el interior no quedaban más que los asientos delanteros, el resto de la tapicería o la banqueta trasera habían sido eliminadas. En sustitución de los asientos traseros había además un tanque de combustible específico. Y para cumplir con las regulaciones de competición se instaló una jaula en el habitáculo que protegía en caso de vuelco o impacto y aumentaba la rigidez estructural.
Al suelo lo conectaba la misma amortiguación McPherson del Urraco P250, pero unos amortiguadores Koni ajustables reemplazaron a los originales. Se probaron gran cantidad de componentes diferentes hasta obtener aquellos que más satisfacían los requisitos, frenos de distintos tamaños y distintos neumáticos como los Pirelli P7 o los Dunlop Racing, todos ellos montados sobre las inmensas llantas Campagnolo de magnesio que también usó el Miura Jota. Esta última característica provoco que fuera necesario ensanchar el coche. Y para aguantar el aumento de potencia y todas las demás modificaciones se reforzó el chasis.
Este coche corrió una carrera en Misano, aunque como invitado y con Bob Wallace al volante. Resultó ser bastante más rápido que los Porsche, los más rápidos en su tiempo, y siguiendo la misma reglamentación. Detalle interesante, aunque Lamborghini nunca fue amiga de la competición, como bien sabemos. Ferruccio Lamborghini solía decir que las carreras eran la forma más rápida de arruinarse, que el competía en la calle.
El Urraco Rallye es ahora propiedad de un miembro del Club dePropietarios de Lamborghini de Japón. Descansa feliz tras haber sido restaurado en varias ocasiones en un estado impecable.
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