La historia de esta preciosidad se remonta ha 1968. Fue la embarcación personal de Ferruccio Lamborghini y su historia es tan particular como interesante. Así que os invito a continuar leyendo.
El Riva Aquamara era un "speedboat" producido por la empresa fabricante de yates italiana Riva desde 1962 a 1996 teniendo en cuenta modelos derivados. Por aquel entonces Riva equipaba al Aquarama con dos motores V8 de origen General Motors.
A Ferruccio le gustaba esta "bella macchina" así que encargó una, aunque con ciertas modificaciones. La primera eran sus propulsores. Ferruccio consideraba que una obra de artesanía italiana como esta merecía una mecánica italiana digna. Así que Riva trabajó durante más de 3 meses para instalar dos motores V12 provenientes del 400 GT en lugar de las unidades americanas.
La potencia combinada ascendía a más de 700 caballos, permitiendo a esta pieza única de artesanía alcanzar los 48 nudos (90 km/h).
Tras ser vendida en 1989 por Ferruccio se restauró instaando dos motores V8 GM y los motores fueron donados a Lamborghini.
Su propietario falleció en 2002 y a sus herederos no les interesaba mucho esta pedacito de historia, así que quedo completamente abandonado en un lugar de construcción en Punta, Italia. Nadie sabía donde estaba, hasta que Sandro Zani, coleccionista de Rivas la encontró.
Sandro Zani pagó un alto precio por ella en 2010 y luego la restauró devolviéndola a la especificación original. Dos motores V12 fueron retocados para igualar la especificación original. Ahora es propiedad de Carlos Riva, fundador de la marca Riva y el mismo hombre al que Ferruccio presiono en su día para crearla.
Es una de las piezas más extrañas de la historia de Lamborghini, única hermosa, una máquina de ensueño. Un pedacito de historia para Riva y para Lamborghini, digno de mención como el mejor de los automóviles de Sant'Agata
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